UN BESO EN MIS SUEÑOS

Era una noche fresca: hacía mucho frío.
El jardín y el bosque cubiertos de luna;
todos en silencio y bebiendo rocío,
dibujaban una noche como ninguna.

Susurraba el viento y olía a pino.
Las estrellas jugaban en el espacio infinito
y haciendo del cielo el lugar más divino,
se acercaban a la tierra poquito a poquito.

Era el lugar que jamás había soñado:
era el lugar perfecto, era  el paraíso.
Ahí me sentí completo al estar a tu lado,
¡Oh divina suerte que así lo quiso!

Nuestras manos se juntaron,
y cerrando los ojos sentí en mi boca
cómo tus trémulos labios me besaron
en una escena que la luna plasmó en la roca.

No sé si fue tu instinto o  tu anhelo;
pero al abrir los ojos yo leí en tu mirada
el ardiente deseo de volver a hacerlo
y así sentirte feliz, y sentirte amada.

Era una noche divina, era una noche callada:
mi corazón saltaba y mi alma sonreía;
una de mis ilusiones por fin se realizaba,
mas lloré como niño al saber que solo dormía...